—Madrid, 15 de junio de 2018—. La instalación de la corona en la parte superior del techo de la Casa de Adoración Bahá'í local en Colombia, marca un hito importante para esta histórica iniciativa. Paralelamente, avanzan los esfuerzos por forjar comunidades espiritual y materialmente vibrantes.

La estructura amarilla que se encuentra sobre la techumbre de tejas de terracota representa la eclosión de la flor de cacao, un símbolo emblemático en el país. Está hecho de un material fluorescente que absorbe la luz del sol durante el día y se ilumina de forma natural con la puesta de sol.En las próximas semanas, se instalará una caligrafía de la palabra «Bahá», que significa gloria, dentro de la corona del techo. Todas las casas de adoración bahá’ís tienen una variación de este símbolo sagrado emplazado en su vértice. Desde que la Casa Universal de Justicia anunciara el inicio de la edificación del templo en 2012, las comunidades vecinas se han ido adueñando de su desarrollo. «La construcción del Templo sin duda ha tenido un impacto en la comunidad. Ha abierto un espacio saludable en el que la gente puede estar y ofrece una alternativa al tipo de actividades que las personas realizan que quizá no sean muy buenas para ellas» —afirmó el joven de la localidad Jean Paul Viafara Mora, de 18 años—. «La Fe tiene una potencia espiritual que nos está afectando a todos, contribuyendo a nuestro desarrollo espiritual y a nuestra conexión con nuestro Creador». A medida que el proyecto ha ido progresando, los esfuerzos por crear una comunidad espiritual y materialmente vibrante han avanzado a la par de la construcción. Durante los últimos cinco años, los miembros de la comunidad han estado trabajando en un proyecto de reforestación en los terrenos de la casa de adoración. La iniciativa ha ayudado a reintroducir la vegetación nativa en la zona, que fue diezmada por la proliferación de plantaciones de caña de azúcar por todo el territorio durante muchas décadas. El resurgimiento del hábitat natural en el Norte del Cauca se ha correspondido con un despertar espiritual en la población, donde las reuniones para las oraciones en todo tipo de entornos reúnen a los vecinos en un espíritu de unidad y amor. Muchos habitantes han encontrado caminos comunes de servicio a la comunidad, fortaleciendo los lazos de vecindad mientras trabajan codo con codo. Un aspecto importante del proyecto de reforestación, denominado «Bosque nativo» ha sido la conexión espiritual entre las personas y la tierra. La comunidad a menudo celebra reuniones devocionales en el terreno de dicho bosque por las mañanas antes de comenzar a trabajar. Estos progresos han atraído la atención de muchas personas en la región, entre las que se cuenta la alcaldesa local Jenny Nair Gomez, quien recientemente visitó los terrenos del templo. Expresó su deseo de que el templo abriera pronto sus puertas y es evidente que comparte el entusiasmo de la comunidad sobre el impacto de este importante avance para el área. La alcaldesa Gómez se comprometió a trabajar por el progreso social positivo junto a las numerosas personas que se han inspirado en el templo.

  

 

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